Receta de sopa de champignones

La sopa de champignones es siempre un exito asegurado. Probablemente se deba no sólo a que los champignones son siempre muy bien recibidos, sino además gracias al maridaje de ellos con los lácteos, lo cual intesifica aún más el sabor de la receta.

Ingredientes para 3-4 personas:

300 gr. de champignones frescos

1 cebolla

1 diente de ajo

500 ml de caldo de verdura

200 ml de leche entera

Sal, pimienta, aceite de oliva virgen extra

Opcionalmente, un poco de tomillo

Calentamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra en una olla sin dejar que llegue a humear. Picamos las cebollas y el ajo, y los doramos a fuego moderado. Lavamos y troceamos los champignones y los añadimos a la olla. En este punto podemos aromatizar agregando una ramita de tomillo. Salamos y revolvemos esporádicamente para evitar que se pegue o se queme.

Añadimos el caldo y la leche, subimos el fuego y luego de que rompa en hervor, tapamos y a fuego bajo por unos 25 minutos.

Retiramos del fuego y licuamos hasta no tener grumos. Si la consistencia es demasiado espesa, podemos agregar un poco de caldo o agua. Lo importante es que realmente obtengamos una sopa cremosa y no una salsa espesa.

Al servir, aderezar con un hilo de aceite de oliva extra virgen, en lo posible con uno aromatizado al tartufo.

Consejos y sugerencias:

  1. Si por algún motivo no tenemos caldo de verdura o pollo, podemos usar simplemente agua. Puede ser un consejo poco „académico“ pero el resultado será satisfactorio. La sopa será muy aguada y poco sabrosa sólo cuando los champignones estén nadando en una cantidad exagerada de líquido. Y por supuesto, siempre está la opción de usar un cubito de caldo de verdura, yo nunca lo hago porque me parecen demasiado salados.
  2. Para darle un poco más de sabor a esta sopa, podemos agregar una copa pequeña de vino blanco.
  3. Si usamos una rama de tomillo durante la cocción, quitarla antes de licuar.
  4. Es posible reservar unos champignonen antes de licuar, con el fin de usarlos en la decoración al servir.
  5. El detalle que distingue esta receta es que los champignones desprenden mucho sabor y maridan de forma milagrosa con los lácteos. Por ese motivo, puede reemplazarse todo o parte del aceite de oliva por manteca, o la leche por nata (crema). La versión arriba descripta es sin embargo la más liviana posible.
  6. Como siempre recuerdo en las recetas que llevan un sofrito inicial, es recomendable descartar el germen de la cebolla y del ajo si se han vuelto verdes, ya que pueden resultar un poco indigestos.