Viena, capital de Austria, es uno de los centros culturales más importantes de Europa. Al recorrer sus calles descubrimos en cada rincón algo de su glorioso pasado imperial y de su profunda relación con el arte a lo largo de toda su historia. En cada esquina aparecen nombres como Mozart, Schubert, Freud, Kllimt, Schiele, María Antonieta, la Emperatriz Sisí, valses y operetas, los castillos Schönbrunn y Belvedere, la Catedral de San Esteban…. Y en cuanto a la gastronomía, estos son los platos y locales que son imperdibles.
Wiener Schnitzel
Sin duda alguna, el plato más emblemático de la cocina vienesa. Este filete de ternera empanado recuerda a la “cotoletta a la milanese”, y es que según la leyenda, surge de una receta que trajera el Mariscal Radetzky de Italia a Viena en la década de 1850.
El verdadero Wiener Schnitzel (o Schnitzel vienés) es siempre de ternera, y aquellos preparados con carne de cerdo o pollo deben denominarse “Schnitzel Wiener Art” (Schnitzel al modo vienés).
El restaurante más famoso para probar este plato es Figlmüller, donde se ofrece un Schnitzel vienés de unos 30 cm de diámetro, que suele ser incluso más grande que el plato en el cual se sirve!
Tafelspitz
Una receta con ciertas reminiscencias del puchero o el cocido español. Consiste en carne de res cocinada largamente en un caldo muy aromático, que se sirve luego con verduras, patatas y salsas de cebollino y rábano con manzana.
El nombre significa literalmente “punta (final) de la mesa”, y tiene una curiosa explicación: aquellos comensales que se sentaban al final de la mesa en los banquetes imperiales, normalmente debían levantarse e irse aún con hambre. Esto se debía a que según la etiqueta, los platos debían levantarse una vez que el Kaiser (a quien servían primero) terminara de comer. Entonces, aquellos de la punta de la mesa se iban al antiguo café Sacher, donde se cocinaba por muchas horas este plato, y que por ello resultaba aún más sabroso.
El restaurante recomendado para probar el Tafelspitz es Plachutta, que tiene un par de sucursales en la ciudad.
Stelze
Este vocablo local es el equivalente de “Haxe” de Alemania, es decir, codillo de cerdo. Este corte requiere de una cocción prolongada, a veces a priori hervida y luego rostizada, para que quede muy crujiente por fuera pero tierna por dentro. Este plato destaca especialmente tanto en la cocina de las repúblicas del Este y de Bavaria. Y sin embargo, es en “la casa suiza” (Schweizer Haus) donde debemos probarlo. Este Biergarten (una especie de cervecería tradicional) se encuentra situado en el Prater, un parque de diversiones con fuerte tradición histórica.
Frankfurter
Las salchichas de Viena son famosas en todo el mundo, pero curiosamente, en Viena se las conoce con otro gentilicio: Frankfurter. Evidentemente, no se trata ya de un plato elaborado como los anteriormente mencionados, pero en caso de querer comer algo al paso, es una alternativa para probar algo típico local. Y para ello, vale la pena pasar por Würstelstand Leo, un puesto de salchichas que data de 1928 y es el más antiguo de Viena. Allí pueden probarse también otras salchichas como el Käsekreiner o el Debreziner.
Heuriger
Este no es un plato sino la denominación de un vino blanco local, blanco y joven. El mismo vocablo se refiere a unos locales tradicionales en donde se sirve este vino. Vale la pena tomar el tranvía 38 hasta su estación final, Grinzing, y a partir de allí dar un paseo por los Heuriger y probar este vino.
Sacher Torte
A la hora de algo dulce, qué mejor que probar una porción de torta que todos aman, en un lugar repleto de historia. A pesar de ser replicada en todo el mundo, la receta original de esta torta de chocolate y mermelada de albaricoque sigue siendo estrictamente secreta. Lleva el nombre del famoso hotel y su café, situado en pleno centro de la ciudad, frente a la Opera de Viena y el Museo Albertina.
Kaiserschmarrn y Palatschinken
Los Palatschinken (panqueques) o el Kaiserschmarrn (una variante similar con masa más gruesa y cortada en trozos) son un postre tradicional muy interesante, ya que a veces también suele tomarse como plato principal dulce. El local Heindls Schmarren & Palatschinkenkuchl ofrece porciones generosas y una enome cantidad de variantes, tanto dulces como saladas, para disfrutar de un postre o un almuerzo fuera de lo común.
Otros locales de corte popular para probar comida tradicional
Los Beisl son tabernas populares típicas de Viena. Son lugares sencillos y que usualmente ofrecen una carta con platos tradicionales a precios accesibles. Algunos de ellos son históricos y célebres entre los locales, habiéndose vuelto un punto de encuentro habitual a lo largo de los años.
Algunos de los Beisl más destacados son: Steman, sobre la calle Otto-Bauer, fundado hace más de un siglo; Rebhuhn, a pocos pasos del Museo de Siegmund Freud; Gasthaus Wild, situado en la Plaza Radetzky; Ubl y Gasthaus Wolf, ambos en las inmediaciones del Naschmarkt; o por último, Czaak, situado en el centro de la ciudad (en el distrito 1), entre tantos otros.
Además de los arriba mencionados, en estos locales también podremos probar otros platos típicos heredados de los vecinos. Por ejemplo, el Goulasch o la sopa de Goulasch húngara o el Selchfleisch mit Sauerkraut und Knödeln, es decir, carne de cerdo con chucrut y albóndigas de patata. Por cierto, una preparación muy similar a esta útima, ya fue señalada como comida nacional en el artículo sobre platos típicos checos.
Wiener Melange y los cafés vieneses
La Melange es el café tradicional austríaco desde hace dos siglos. Se trata de una mezcla de café y leche en iguales proporciones, con espuma por encima. Sea para probar esta especialidad o cualquier otro tipo de infusión, los cafés de Viena son otra marca registrada de la historia, idiosincracia y tradiciones de la ciudad.
Aunque es imposible listar en detalle la gran cantidad, me arriesgo a elegir algunos de los más destacados: Café Jelinek, cerca de la Maria-Hilferstr.; Sperl, no muy lejos del Theater-an-der-Wien; Café Schwarzenberg, sobre la avenida del Ring o “anillo”, a mitad de camino entre la Opera y el Musikverein; Café Central, en la Herrengasse, no muy lejos del imponente edificio del ayuntamiento (Rathaus); Café Hawelka, ubicado en el corazón mismo de la ciudad; y por último, Café Korb, también en el centro, en el Stepahansplatz. Este café es además muy famoso por su colección de arte.