La carne más sorprendente que se come en Islandia

Como es de esperarse, la gastronomía de Islandia está cimentada ante todo en distintos tipos de pescados. Pero hay dos carnes en particular que se sirven en algunos restaurantes de la isla y merecen un comentario aparte: la ballena y el frailecillo.

El consumo de carne de ballena o frailecillo seguramente será considerado poco menos que barbarismo por muchos. Sin embargo, debo aclarar en primer lugar que en pleno siglo XXI, esta costumbre ya no está tan arraigada en la población de Islandia. Y por otro lado, quien haya visitado la isla, comprenderá por qué la caza de estos animales era una de las pocas opciones de alimentación. La Madre Naturaleza ha regalado a Islandia rincones increíbles pero también muestra allí su lado más crudo y salvaje: temperaturas hostiles en invierno, vientos capaces de arrancar las puertas de los autos, suelos volcánicos y áridos en los que apenas crece la vegetación, etc.

La ballena como fuente de proteina de los isleños

La carne de ballena fue antigüamente una de las no tantas posibilidades de alimentación de los isleños, por lo cual hay que comprender ante todo que su consumo estaba ligado a la subsistencia.

Afortunadamente los tiempos han cambiado, y hoy en día se estima que sólo el 2% de la población la consume. De hecho, en ningún supermercado he visto esta carne a la venta. La caza de cetáceos aún continúa y está destinada mayormente a la demanda turística, aunque se prevee que las últimas licencias caduquen en los próximos años.

La carne de ballena es en apariencia similar a la de ternera, con un color algo más intenso y resulta más fibrosa. El gusto sin embargo es más cercano al pescado. Nutricionalmente aporta una cantidad importante de proteinas, vitaminas, hierro, calcio, y en especial yodo. Además de Islandia, los únicos países dónde aún se consume es en Noruega, las Islas Feroe y Japón.

El frailecillo, una ave encantadora… y deliciosa

El frailecillo es un ave que vive la mayor parte del año en el océano y que sólo regresa a tierra en primavera para reproducirse. Resulta una especie muy apreciada por los fotógrafos silvestres, debido a su gracia, fisonomía y colores tan particulares. Es por ello que su consumo resulte para algunos tan sorpresivo y chocante.

En Islandia puede encontrarse la colonia de frailecillos más grande del mundo, y es el único país en el cual es legal su caza. Se trata en efecto de una costumbre milenaria, ya que se han encontrado sus huesos en excavaciones arqueológicas de antigüos asentamientos vikingos.

Su carne es roja, por lo que esperaba encontrarme con un sabor similar al pato o al ganso. Gran error, ya que no estamos hablando de un ave de corral! El frailecillo se alimenta únicamente de peces, por lo cual su carne tiene un ligero y muy agradable gusto a pescado. O tal vez, sería más adecuado decir que se asemeja más a un fruto de mar. Esa fue precisamente la definición que me dio un lugareño: si bien en Islandia se consiguen cigalas y camarones, el frailecillo sería su verdadero marisco estrella.

Dónde probar carne de ballena y frailecillo en Reykjavík:

Sægreifinn: Geirsgata 4a, 101 Reykjavík.

Þrír Frakkar: Baldursgata 14, 101 Reykjavík.

Hereford: Laugavegur 53b, 101 Reykjavík.

Íslenski barinn: Ingólfsstræti 1a, 101 Reykjavík.