Exquisito “pesto rosso” a base de tomates secos

El pesto rosso es una deliciosa variante del célebre pesto genovés. En este caso, el ingrediente principal ya no es la albahaca sino los tomates secos (deshidratados). Tras triturarlos junto al resto de ingredientes, se obtiene un pesto que es perfecto tanto para sazonar una pasta corta, como para untar en un pan o “bruschetta”.

Ingredientes:

100 gr de tomates secos

40 gr de queso Parmigiano Reggiano o Grana Padano

Un puñadito de piñones o almendras peladas

Un puñadito de hojas de albahaca.

Un diente de ajo

Aceite de oliva virgen extra, pimienta molida

Opcional:

100 gr de ricotta

Nota: Las cantidades indicadas rinden para aprox. 5 personas.

La receta del pesto rosso no presenta mayor dificultad, ya que simplemente basta con triturar todos los ingredientes hasta obtener una pasta homogénea. Aún así, debemos tratar los tomates secos en modo adecuado:

Si elegimos tomates secos en conserva, procurar que sea siempre en aceite de oliva virgen extra. Si en cambio disponemos de tomates deshidratados en seco, debemos primero proceder a hidratarlos. Para ello, basta hervirlos a fuego moderado de 5 a 10 minutos, hasta que estén muy tiernos.

Pasarlos luego por agua fría para detener la cocción y que baje su temperatura. Unirlos entonces en un mixer junto al queso Parmigiano o Grana Padano, las almedras blanqueadas (o piñones), unas hojas de albacaha, un diente de ajo, un poco de aceite de oliva virgen extra y pimienta al gusto. Triturar hasta obtener una pasta de consistencia más bien firme. Si la máquina tuviera dificultades en triturar, es probable que la mezcla requiera de un poco más de aceite de oliva virgen extra.

Los tomates secos pueden tener un sabor demasiado intenso para algunos paladares, por lo cual quien prefiera un toque más suave en este pesto rosso, puede optar por agregar un poco de ricotta a la mezcla.

Sugerencias para disfrutar el pesto rosso:

Este pesto es perfecto para untar simplemente en una tostada o en una “bruschetta”. Pero también podemos sazonar una pasta, tal como lo haríamos con el tradicional pesto genovés.

Para ello, elegir preferentemente unas pasta corta (en Génova se suelen utilizar “trofie” con el pesto tradicional). Cocinar la pasta en agua salada y dos minutos antes de que esté lista, colarla y pasarla a una sartén, cuidando de conservar un poco del agua de cocción. Agregar a la sartén una cucharada generosa de pesto rosso por comensal junto un poco del agua de cocción, y mezclar a fuego vivo. De esta manera, la pasta terminará de cocerse mientras se integra con el pesto, que a su vez tendrá la consistencia justa, gracias al almidón que aporta el agua de cocción de la pasta.