Albóndigas escandinavas con carne de reno

La carne de reno es una delicia que definitivamente vale la pena probar. Es posible encontrarla en países escandinavos, sobre todo en Finlandia, Suecia y Noruega. Es muy sabrosa, alta en vitaminas y muy baja en contenido graso. Procede de animales que crecen en un ambiente natural, por lo que no son tratados con hormonas ni fármacos. Además, no pasan por mataderos, y su caza se encontra altamente regulada, con el fin de evitar excesos que perjudiquen el número de ejemplares.

Si tienes oportunidad de visitar alguno de los paises arriba mencionados, podras encontar esta carne tanto fresca como congelada. De mi última visita a Suecia he traído carne picada congelada, con la que preparé esta receta, inspirada en sus famosas albondigas “köttbullar”.

Ingredientes:

½ kg de carne picada de reno

6 patatas pequeñas

1 taza pequeña de grosellas

2 cebollas grandes

Sal y pimienta

Manteca

Para la salsa espesa (“gravy”):

2 cucharas de mascarpone

½ vaso de vino tinto

1 cuchara de salsa de soja

Comenzar por salar ligeramente la carne picada y dejarla reposar por al menos media hora. Este paso es importante porque la acción de la sal ayuda a ligar la carne, de este modo no necesitaremos usar huevo o pan para formar las albóndigas.

Mientras tanto, cortar la cebolla en juliana y rehogarla en aceite de oliva o manteca a muy fuego muy bajo, revolviendo de tanto en tanto para evitar que se queme. Luego de aproximadamente media hora, se habrá caramelizado, además de reducirse considerablemente.

En un cazo pequeño, calentar las grosellas con un chorrito de agua por no mas 10 de minutos, hasta que se reduzcan. Reservar.

Separadamente, pelar y hervir las patatas enteras en agua con su punto de sal. De acuerdo al tamaño, las patatas estarán tiernas ente 10 y 15 minutos.

En otro cazo, calentar el vino para evaporar el alcohol, agregar la salsa de soja y el mascarpone. Continuar a fuego muy moderado por un par de minutos, revolviendo hasta obtener una salsa espesa y sin grumos.

Finalmente, calentar un poco de manteca en otro cazo, formar las albándigas con la palma de la mano y freírlas por algunos minutos.

Servir las albóndigas junto a las guarniciones de patata, cebolla caramelizada, grosellas y la salsa por encima.

Son muchos pasos, pero el resultado es absolutamente extraordinario.

Consejos y sugerencias:

  1. La misma receta funciona con alce, otra carne exótica para la mayoría de los lectores, pero muy comun en esas latitudes.
  2. El arándano rojo y la mora de los pantanos (en inglés “lingonberry” y “cloudberry” respectivamente) son dos tipos de bayas típicas de los países escandinavos. Con ellas se preparan mermeladas que resultan acompañamientos perfectos para estos platos. En su defecto, las grosellas frescas o congeladas son un muy buen sustituto.
  3. Es posible preparar la salsa con nata o leche entera en vez de mascarpone, y espesarla con un poco de harina, fécula de maíz, goma xantan, etc.
  4. La carne picada de reno o alce tienen un contenido graso menor al 5%. Esto hace que las albóndigas puedan deshacerse al cocinarse, y es por ello que las salamos y dejamos reposar. Luego de este paso, el resultado final es perfectamente compacto.